viernes, 16 de julio de 2010

La modorra

Por más que me lavé la cara el sueño quedo ahí... pegado como lapa, lo intente espantar con música fuerte pero me tapo los oídos, le tire café cargado y lo sintió como leche tibia, y en el trayecto dobla mis rodillas, mis brazos se arrastran mientras camino y siento que floto a ras de suelo, me detengo en un hormiguero y lo miro con detención, me acerco cada vez más hasta que conozco a su reina ¡Una araña gorda! De poto rojo como guinda me saluda y Ups! Me dormí de nuevo... nada lo detiene, tal vez si durmiera más tiempo…

1 comentario:

  1. "lo intente espantar con música fuerte pero me tapo los oídos"

    Esa parte es la mejor!

    ResponderEliminar