Por más que me lavé la cara el sueño quedo ahí... pegado como lapa, lo intente espantar con música fuerte pero me tapo los oídos, le tire café cargado y lo sintió como leche tibia, y en el trayecto dobla mis rodillas, mis brazos se arrastran mientras camino y siento que floto a ras de suelo, me detengo en un hormiguero y lo miro con detención, me acerco cada vez más hasta que conozco a su reina ¡Una araña gorda! De poto rojo como guinda me saluda y Ups! Me dormí de nuevo... nada lo detiene, tal vez si durmiera más tiempo…
"lo intente espantar con música fuerte pero me tapo los oídos"
ResponderEliminarEsa parte es la mejor!