lunes, 7 de enero de 2013

un día más


Un día más sentado en estas tablas hediondas a mi propio trasero,
un día más aguantando los gases de la digestión,
un día más viendo las mismas caras cínicas que casi reflejan la mía,
un día más soñando con un día más pero con un día distinto,
un desagradable sentimiento de estancamiento revienta mi cabeza con los bajos de la misma música furiosa que repito otra vez.
¡Abandonar!
¡Dejar!
¡Escapar a las montaña frías!
A las oportunidades difíciles o morir en el intento.
No me importaría morir en el intento,
no me importaría dejar mi cuerpo pudriendo en las montañas lejanas,
esas montañas con pinos gigantes y pumas hambrientos.
No me importaría morir subiendo,
porque ya no soporto más este hoyo,
este cómodo hoyo.

Malditos los días en que no tome decisiones fuertes, en que no decidí guiar mi vida,
en que no me dejaron tocar el fuego.
Malditos los miedos inventados, regalados.
Malditos los padres temerosos,
malditas los padres protectores.
Mientas más me quedo más me hundo

Maldito sea yo mismo,
maldita la muerte tacaña,
maldito todo el amor verdadero.

¡Malditos deseos! Si fuera como una planta, si fuera como un animal...
malditos sentimientos...

¡Y puedo ser feliz! lo sé, sé como serlo, sé que no hacer,
sé lo que tengo, sé que soy envidiable, que tengo todo, que soy rico.
Y sé toda la puta basura que me han vendido, leí cada manual, leí cada instrucción
cada ingrediente, cada envase sentado sobre este hoyo,
sobre ti y sobre mi.

Conozco mi árbol, conozco mi semilla
lo sé! sé! y que?! eso no cambia mi rabia, mi sangre hirviendo.

toma tu basura y cómela toda

Cortame las bolas, corta mi garganta,
no le temo a nada, ya no te odio, ya no te amo.
¡Ya no me importa toda esta mierda!
¡Que dios venga por su alma por este cuerpo!
Acá me rindo.

Oré todo lo que quise y no fue suficiente,
porque no soy como él quiere,
te mato dios, con mis palabras,
en mi ser ya no hay dios, no hay ley.
Un día todo morirá, cada sueño, cada verdad,
cada correcto, cada mal,
y ahí estaré:
tibio como la mierda,
meándome en miedos,
deseando tener un día más
para odiarme como soy ahora. 

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